Pintura de Kirill Sukhanov
Irremediablemente, la vida se acaba,
aunque parezca inacabable
en el fondo del alma.
Cada soledad escucha sus ironías
y sin embargo, siempre,
aviva una dulzura que le hace brillar.
Irremediablemente, todos tenemos cosas
de última hora, el beso no dado,
la palabra mal dicha, y los triunfos,
los triunfos silenciosos no celebrados.
Ahora, cambiada, con mi piel de mujer nueva
retorno a la pluma que toca mi alma
y escribo y escucho
al compás de la vida que
irremediablemente, irremediablemente,
se acaba.
2 comentarios:
Es cierto lo que dicen tus versos, pero así es la vida.
Un abrazo y felicidades.
Muy bello poema para afrontar un tema que remueve el alma: renovación y final. Lo has dotado desensibilidad, y le has dado un toque de esperanza. Bien!!!
Yo, que no temo a la muerte, que he pasado mi existencia pensando que solo teníamos esta vida, cada día creo más que no hay un fin sin un retorno. O que, al menos, siempre quedan los ecos.
Fuerte Abrazo.
Emilio
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