Conocerse es el relámpago
Miré a los ojos del atardecer…
Acaso un relámpago obligándome a vivir
me decía, en forma de teorema,
que ya hacía tiempo había dejado de quererte.
Multipliqué el sol
y el haz de luz hizo un cálculo infinito
olvidando todos tus recuerdos.
Ni vacío ni nostalgia.
Sentí la serenidad del camino
abrazando nuevos verbos y colores,
sumando una palabra a otra palabra.
Me dijeron: Ahora… ¡a vivir!
conocerse es el relámpago.
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