Mañana.
Resplandece el día
en un azul sin límites.
Éramos cómplices
amando la primera luz del día,
caricias con caricias,
amor en la mano…
Tarde.
Con pupilas de soles y estrellas
nos contamos mil historias
y nos amamos inmortales como el viento,
amor de sangre y luz…
Noche.
Ámame así, misteriosa,
como esos labios que se besan
que se buscan
que se tocan
que se tientan
amor de pasiones locas…
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