Pintura de Francesco Hayez |
En ti otra vez puse el olor de las calandrias
luces cóncavas en el caminar fundido
por los retazos del ocaso.
Permanecimos vivos
en el costado de la modesta sombra
sentados, de espaldas
callamos la herida abierta, sin dolor.
En ti otra vez empezó a navegar
el barquito velero de nuestros sueños.
Por el oeste entraron las pasiones de Roma
y por el sur la tinta clara y tenaz
de nuestros grandiosos vuelos.
En ti otra vez puse la locura del goce
en ti otra vez
en ti…