"La bella romana", Amadeo Modigliani |
Resucito con los ojos del día abriéndose,
clavando su mirada en el aire
que vuela solo.
Dejo, al borde de un soplo invisible,
letra por letra como si me pertenecieran.
Destejo el silencio enmohecido,
aquel que iba por las estrellas
como si también fuese mío.
Me hago múltiple en las emboscadas
del invierno y primavera
para no volver.
Asumiendo al fin la vida.