"Retrato de Mademoiselle Carlier" de Lucien Lévy-Dhurmer |
“Y cerca de esto, que parece nada,
me transcurre una furia de esplendores
con ganas de vivir, como dolores
del fondo de la vena a la mirada”.Carilda Oliver Labra
Impecable en el poder de la fuerza del esplendor
llego vestida de dama para jugar la partida,
viaje de amor en esas ganas de vivir honestamente.
Rodeas mi cintura y convocamos a los dioses
para que nos otorguen algunas de sus virtudes cardinales
que nada tienen que ver con nuestros cuerpos,
con el norte o con el sur.
Prudencia, justicia, fortaleza y templanza
aparecen atadas a mi mirada y, en ese vicio mío de ser feliz,
hago un pronóstico de la alegría para volar como pájaro libre
en forma de mujer.
Inquieta, meto mi mano en la boca del oráculo,
miro su cara redonda con ojos hundidos y pronunciados,
cuando una voz muda, desde lejos, sentencia:
“También eres virtuosa”.
Otros poemas:
Enlazados por la misma brisa
Nada amo tanto como lo imprevisto
Allí león, allí furia del cielo