De pronto
encontramos un mundo
que nos vio brillar
con alas de luz.
Fue el soplo del viento al pasar
lleno de amor.
Un misterio, un enigma
eterno y dulce
sereno y hermoso.
Empezamos de inmediato
a navegar nuestro mar,
parecía un imposible,
en algún momento suspiramos
y los bosques se colorearon
con esas flores esperadas,
pétalos y mariposas
nos trajeron una melodía
nueva para nosotros.
El reloj de los vientos nos vio florecer
en las notas de su balada
celebrando los acordes del triunfo.
El amanecer se fue
y nada nos detuvo.
¡Llévame contigo!
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