Abrázame,
abrázame sol hasta que se hundan los besos
en la voz de esta mujer naciente
que aspira a ser el vuelo enamorado
que no vacila,
una orquesta armoniosa de caricias.
Se cae el blanco de la hoja
y tengo esa piel de mar
que dibuja los bordes de lo íntimo
y un sol en Aries.
Viene el fulgor y lo empuño
sentada sobre el amanecer.
Más allá de mi nombre de primavera
bordo una mujer de luna que camina feliz
el nuevo día con sereno paso.
Abro mi corazón al mar,
tan pleno, tan poderoso
en cada ola que me toca.
Abrázame, le digo al sol,
abrázame luz
para que al fin me entere yo
cómo sabe una piel que sorprende
más allá
de la mirada.