Cuenta la leyenda
que el sol, encadenado a tanta vida,
se clavó un dardo en el corazón.
Con los dedos hizo estrellas de papel,
convirtió el arcoíris en color rosa.
Con su voz libre
estuvo buscando metáforas.
Presentía el futuro:
no quería ir.
Cómplice del tiempo
se tatuó una luna roja
en cada lágrima.






