Cuadro de Boris Prokazov |
podremos llegar al mar
y contarle nuestros secretos.
Decirle que aquel barco
nos rescató un día
de alta marea
cuando estábamos
a punto de naufragar.
No veíamos más allá
de nuestras miradas
y todo era azul, se juntaba
el cielo con las olas
y nosotros, poco a poco,
íbamos desapareciendo.
Yo deletreaba tu nombre
y tú me llamabas con tu voz.
Ya no nos veíamos
a pesar de nuestras promesas.
Un día descubrimos
que éramos dos desconocidos,
que lo que pudo ser no fue,
entonces nos dijimos adiós.
Nada más.
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1 comentario:
¡Cómo me he identificado con tus versos...!
Un abrazo desde la orilla del cantábrico, en este otoño.
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