que los enamorados
mueren de amor sin saberlo.
Se duermen irremediablemente
en la mirada de la pasión
y quedan estremecidos
hasta que los descubre el alba.
Aguardan al amanecer
con sus manos entrelazadas,
piel con piel abrazadas
en la apacible calma de la noche.
Por la ventana entreabierta
se ven todas las formas de sus cuerpos
y el calor de sus corazones.
No quieren dejarse vencer por la despedida,
se resisten al silencio
retando al destino
para no dejarse morir.
Se acarician el rostro
antes de volver a casa
sin mirar atrás.
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1 comentario:
Preciosa escena.
Un abrazo.
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