Kandinsky |
Llega con una caricia latiendo en la piel de la noche.
Quiere saber si los cuerpos abrazados son palomas
o sus plumas de grandes vuelos conquistando de la tierra,
todos sus recónditos lugares.
Suspendió del cielo cada nube para caminar
sin ruido sobre el océano de las palabras vacías,
de sus manos abiertas y de sus pupilas entregadas al tiempo,
sin rubor.
Y fue un corazón extraviado, perdido, entonado
en pequeñas tristezas ya abandonadas.
Sabía que la vida era verdad en todos los instantes,
y, sabía, que los huesos de la muerte existían
dibujados en blanco y vestidos en lo negro.
Un punto y una coma susurrados
por la luz desprendida de la boca entreabierta.
Porque todo pasa
y heredamos de la sangre el nombre neutro,
pronunciado todavía
en la inmensidad de todo lo que tiene que nacer.
o sus plumas de grandes vuelos conquistando de la tierra,
todos sus recónditos lugares.
Suspendió del cielo cada nube para caminar
sin ruido sobre el océano de las palabras vacías,
de sus manos abiertas y de sus pupilas entregadas al tiempo,
sin rubor.
Y fue un corazón extraviado, perdido, entonado
en pequeñas tristezas ya abandonadas.
Sabía que la vida era verdad en todos los instantes,
y, sabía, que los huesos de la muerte existían
dibujados en blanco y vestidos en lo negro.
Un punto y una coma susurrados
por la luz desprendida de la boca entreabierta.
Porque todo pasa
y heredamos de la sangre el nombre neutro,
pronunciado todavía
en la inmensidad de todo lo que tiene que nacer.
6 comentarios:
Mónica, precioso, me ha encantado es una maravilla de poema, felicidades. Un abrazo.
Me encanta. Saludos
precioso poema que deja el corazón en suspenso...
BESOS
Hola carlos,
un placer viniendo de ti.
bss
Bss José Luis, ya veo que por Las Palmas se va pasando la lluvia..tus fotos, preciosas
Hola Rodri,
a veces también se trata de eso...¿qué vendrá después...?
Un abrazo
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