Cuadro de John William Waterhouse |
Toco el cielo con las manos
y desde el fondo de tus ojos verdes
veo el porvenir:
Un gran sol y esas mil direcciones
para alcanzar las flores del aire.
Me transformo.
Mudo mi piel.
Acaricio tus pupilas
y vuelvo a mirar al fondo de tus ojos verdes.
Bailo en tus caricias
y nazco como las rosas,
arrebatada en el resplandor.
y desde el fondo de tus ojos verdes
veo el porvenir:
Un gran sol y esas mil direcciones
para alcanzar las flores del aire.
Me transformo.
Mudo mi piel.
Acaricio tus pupilas
y vuelvo a mirar al fondo de tus ojos verdes.
Bailo en tus caricias
y nazco como las rosas,
arrebatada en el resplandor.
8 comentarios:
Otro beso poeta.
Andres
Sentí un espíritu traspasando al otro con alegría, envolviéndolo con la gracia sutil y acariciante de las cintas de las gimnastas en escena.
http://enfugayremolino.blogspot.com/
Solo a través de los ojo de una madre se puede tocar el cielo.
Me encanta tu poesía.
Besos
Precioso poema y pintura.
Bailo en tus caricias
y nazco como las rosas,
arrebatada en el resplandor.
Un beso
Gracias Mónica, es un poema precioso.
Un beso.
Un placer total.
La obra de arte se suma al arte escrito.
Bravo !!!Liliana
Un poema a la madre.
Lo mejor que un poeta
siente para dar a los demás.
José
Aunque mudemos un millar de veces la piel, siempre notaremos las caricias de nuestra MADRE.Sus ojos seran nuestros faro en el particular oceano del kaos y la indiferencia que nos amenaza en algún momento de nuestra vida.Precioso Poema y bonita imagen.
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