en este tiempo presente,
tan eterno…
Fluye la sangre
en remolinos de viento
que regalan los susurros
escondidos en alguna parte
mientras esperan, buscándose.
Siempre queda del amor
ese instante escondido
en el laberinto del jardín,
la primera voz del beso
diciendo: ¡Quédate, amor!
quédate…
Y entonces se oye sólo el viento.
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1 comentario:
Seguro que dejará mil suspiros y susurros que llegarán al corazón enamorado.
Un abrazo y feliz martes.
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