Todos caminan sin prisa,
cada uno contempla el paisaje
a su manera
y para todos la belleza
tiene su propio fin: el amor.
No se conocen,
nunca se han visto
ni se han cruzado en la calle
ni tampoco en la tienda de la esquina
ni comprando el pan.
Posiblemente ni siquiera se hayan saludado.
Ninguno tiene prisa.
Entregados al destino del tiempo
se buscan en algún lugar
para existir.
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2 comentarios:
Van sin prisa y van despacio, quizás indiferentes, pero siguen el camino, la acera, en un comienzo que quizás nunca existió y abocados a ese destino inexorable que el tiempo tiene para ellos.
Un abrazo en la tarde.
Se buscan en algun lugar para existir... En resumen eso es el amor. me gustaron tus escritos. un abrazo
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