7 de mayo de 2012

Anclada en la virtud de las palabras



Espacio donde las manos se posan simplemente para soñar”
Aldo Pellegrini


Le llama por su nombre
y distribuye el silencio.

No hay asombro en sus ojos,
habla la boca y las palabras
crecen a la velocidad del fuego.

Su cuerpo y su carne tallados
dan sentido al espacio
donde las manos se posan
simplemente para soñar.

Desde este lado de la vida
abandonan toda palidez
retornan, se desplaza el invierno
y las mentiras quedan ocultadas
bajo las hojas silentes de las bocas
cerradas sin rencor, plegadas en el decir
de alguna tormenta apaciguada
sin el odio del momento en la sombra,
en la noche, en la muerte.

Quizás convenga pronunciar
el latido del corazón,
sus ojos de asombro poblados de deseos
y anclados en la virtud de las palabras.

 


Mónica López Bordón, Vivir para contarla, poesía en Alcalá de Henares

Otros poemas:
Si en los ojos te besan esta noche
Despertar
Allí león, allí furia del cielo